sábado, 23 de agosto de 2014

El ácido úrico alto daña tus articulaciones

Tener el ácido úrico alto (un trastorno cuyo nombre médico es hiperucemia) provoca lo que popularmente se conoce como "gota".

Esta sustancia de desecho se forma en el hígado al metabolizar las purinas (presentes sobre todo en alimentos de origen animal), aunque también lo genera el propio organismo. En principio, una cierta cantidad de ácido úrico es beneficiosa, porque tiene un efecto anioxidante en la sangre.

El problema aparece cuando no se elimina correctamente a través de la orina y se acumula.

Las causas que explican los ataques de gota

El ácido úrico puede acumularse porque el organismo genera demasiada cantidad, pero también ocurre que, por cualquier motivo, el cuerpo no lo elimina correctamente o lo hace más despacio de lo habitual.

El problema puede ser genético. Si tus familiares más directos tienen dificultades para regular el nivel de ácido úrico, es probable que tengas más tendencia a producir más cantidad de esa sustancia de la que en realidad necesitas.  

No bajes nunca la guardia en caso de predisposición genética. Aunque los típicos "ataques de gota" que suelen provocar un dolor intenso en el dedo gordo del pie o los cólicos renales pueden alertar de su presencia, en muchas ocasiones no presenta síntomas.

Por eso es esencial realizarse análisis de sangre al menos una vez al año para comprobar sus niveles.

¿Qué es lo que pasa si hay un exceso de ácido úrico?

El ácido úrico tiende a acumular en forma de cristales afilados en el cuerpo. Estos alfileres pueden acabar depositándose en las articulaciones, generando varios tipos de trastornos:

1) Ataques de gota.

2) Artritis crónica gotosa.

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